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Todavía no estamos entre los tres mejores
por MANU
Estoy viviendo una experiencia increíble acá en China. En principio, porque no me esperaba tanta excitación por nuestra presencia. Sabía que consumían mucha NBA, pero no creí que nos conocieran tanto, o que les generáramos tanto entusiasmo por estar cerca, sacarse una foto o conseguir un autógrafo. Eso sí, son muy diferentes a los japoneses; a ver, cómo decirlo, acá son "invasivos". Los japoneses me parecieron mucho más calmos y respetuosos, en cambio los chinos se te tiran encima, te ponen el papel en la cara, se te paran adelante. El otro día, cuando salía apurado de una conferencia de prensa post-partido, tardísimo, un chino, jovencito, me agarró del brazo; yo seguí caminando y él seguía prendido, así que lo traje arrastrando unos metros. No lo podía creer. Igual, es lindo recibir tanto afecto, saber que sos conocido y que te quieren, pero lo que me sorprendió es lo excitados que se ponen: gritan, saltan, te piden cosas.
De la ciudad no pude conocer demasiado y me pareció que no había muchas cosas para ver. Además, el día gris y la llovizna me quitaron un poco las ganas. Había también mucha gente, y uno, cuando sale a pasear por ahí, tiene que decirle que no a alguno que viene a pedirte fotos y autógrafos. De todas formas, me sorprendió la cultura tan diferente de la nuestra. No los juzgo, cada uno tiene sus costumbres, hay que entenderla y aceptarla. Pero llama la atención tanta diferencia.
Con respecto al torneo que jugamos aquí, tuvimos un partido flojo contra Irán, otro contra Serbia, en el que defendimos muy bien, y el tercero contra Australia, donde mejoramos en el segundo tiempo después de cometer muchos errores e imprecisiones. Fuimos campeones y siempre es mejor ganar el torneo que no ganarlo. Es así. Algo importante de la Copa Diamond Ball fue que recuperamos al mejor Fabricio Oberto, que ya entró en ritmo, recuperó la puntería y eso es muy valioso para nosotros.
Hay detalles por corregir; por ejemplo, no frustrarnos cuando las cosas no salen bien. Tenemos que saber que nada va a ser fácil en Pekín, que no podemos bajonearnos y ponernos de mal humor porque nos sacan 15 puntos. No por haber sido campeones una vez vamos a ganar todos los partidos con el nombre. En los Juegos habrá que lucharla mucho, con mayor paciencia y tranquilidad.
Si nosotros nos frustramos cuando nos sacan una diferencia importante, es probable que esa ventaja se estire, como nos pasó con Australia, que nos sorprendió con 5 triples y nos caímos. Después cuesta el doble recuperarse. Hay que correr más, rasparse mucho, defender más duro y todo significa un doble esfuerzo. Mi sue?o es no dejar que nos saquen nunca una ventaja excesiva.
Se habló en estas horas de la falta de volumen de juego, de variantes. Cuando un equipo tiene grandes individualidades, o cinco o seis jugadores capaces de desequilibrar por sí solos, hay que usarlos y no importa mucho la cantidad de sistemas que utilicen. Puede ocurrir por ahí que no los tengamos aceitados a esos sistemas, pero alguna dependencia vamos a tener de las individualidades. El tema es que Luis (Scola), Carlitos (Delfino), yo, o cualquiera, no quiera pasar entre cuatro para anotar, y que sepa que si juntó cuatro defensores tiene que sacar la pelota para un compa?ero libre. A veces, eso no lo hago y sigo hacia el aro buscando mi doble. Pasar más la pelota es clave. Por ejemplo, Espa?a usa tres sistemas, pero se pasan la bola continuamente. Nosotros tenemos que rotar más el balón, buscar el pase extra, generar espacios y no forzar jugadas o tiros.
Por eso, diría que me preocupa más la defensa que el ataque. Uno sabe que, cuando llegue el momento, algo más vamos a mejorar, pero esto no es cuestión de hacer clic y ya está: volvimos a ser los de antes. Por ahí necesitamos que la adrenalina nos recorra el cuerpo para reaccionar. Pero, insisto, no es automático, no podemos estar esperanzados en eso. Puede no darse.
Si comparamos este equipo con el de 2004, es cierto que los seis que quedamos hemos acumulado una gran experiencia en estos a?os y tenemos más oficio, pero también más kilómetros recorridos en las piernas. Y la otra diferencia es la rotación. En 2004 teníamos en el banco a Hugo (Sconochini); a Walter (Herrmann), que fue clave en dos partidos decisivos como contra Grecia y Estados Unidos, y al Colo Wolkowyski, que era un gran relevo de los internos. Ahora hay muchos chicos que están haciendo su primera experiencia grande en el nivel internacional y tienen que ganarse la confianza del entrenador.
Hoy no sabemos bien en qué nivel estamos. Todavía no estamos entre los tres mejores, me parece. Pero eso se verá con el transcurrir del campeonato. Podemos llegar lejos. Hay que esperar que arrojen la bola al aire para saber dónde estamos. Para nosotros es clave ganar el primer partido, emocionalmente es un empujón enorme. Te da una gran tranquilidad. No es determinante, pero si perdés uno de los dos siguientes sabés que no es grave.
En cuanto a mi juego, me siento bien, mejorando y sin molestias en el tobillo. Ahora me duele un poco el derecho de tanto apoyar todo sobre ese lado. También tuve una contractura en el isquiotibial izquierdo. aunque no es nada importante. Me complica jugar dos días seguidos, pero por suerte en los Juegos será día por medio. Además, ya voy a estar mejor, más adaptado al cambio horario, sin viajes, tranquilo en la Villa, sin armar bolsos, entrenándome y preparando los partidos. Eso es clave para mí.
Si estamos todos sanos y no tenemos problemas de rotación, lo que faltaría mejorar es ese tema de paciencia, no disgustarnos cuando las cosas salen mal. Después, veremos qué sucede con la pelota en el aire. |
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