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Wengzhou y la vieja ciudad | 03/07/2009 |
Wengzhou es una ciudad rodeada de monta?as. La parte vieja de lo que queda del casco antiguo está invadida por los nuevos edificios modernos y uniformes en dise?o, y la parte que yo conocía prácticamente ha desaparecido por completo quedando sólo el nombre de las calles. El resto para mí ya es una ciudad desconocida como cualquiera.
Lo único que siempre ha perdurado es el olor, que para mí es el alma de una ciudad, demuestra que la vida sigue siendo como antes, enga?ándonos sólo con sus cambiantes apariencias.
La ciudad antigua, en los a?os de expansión y desarrollo, por políticas que desconozco, ha sido demolida en gran parte, y cuando descubrieron su importancia como identidad y reclamo turístico, sólo quedaba íntegra una mínima parte. Esa reducida parte se componía de casas con estilo modernista, similares a las típicas casas del Caba?al en Valencia. Por la humedad del clima, las paredes de estas casas siempre estan estampadas de moho verde, el olor a humedad y a residuos de comida en descomposición es su carta de presentación. Es dificil de encontrar una línea recta en estas construcciones, por los a?os se han vuelto completamente orgánicas y sin bordes afilados.
El contraste entre la nueva ciudad y la parte antigua es descomunal, es una mezcla de lo tercermundista y feudal en medio de la Nueva York moderna, es como una berruga grande que ha brotado sobre un rostro perfecto, al menos mi primera impresión fue así.
Los habitantes de esta zona desean con fervor que el ayuntamiento les dé la orden de demolición para levantar nuevas y vanidosas casas de construcción moderna, a nadie le queda la mínima nostalgia por conservar este entorno histórico, ya que es sínonimo de fracaso social.
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